Ceguera del emprendedor, no te contagies
Cualquier persona que desee emprender se puede ver muy tentada a caer en la trampa de optar por el negocio que está de moda y pensar que, el hecho de que esté de moda, hará que sea próspero y rentable. Al caer en esta trampa, podemos decir que hemos contraído la ceguera del emprendedor.
Si nos detenemos un momento a pensarlo, en realidad es muy evidente: surgen un par de negocios en la zona -barberías modernas, digamos- a los que les va muy bien y, de pronto, la zona -y zonas aledañas- está repleta de barberías. Lo mismo ha sucedido con la pizza, las micheladas, mariscos, las planchadurías o lavanderías, verdulerías, autolavados, bares de uñas… Es como si, cada cierto tiempo, una extraña fiebre atiborrara las ciudades con una plaga de un tipo de negocio determinado, para después irse extinguiendo a la misma velocidad a la que se crearon.
El fenómeno es fácil de explicar: Existe una cantidad limitada de clientes. Cuando hay poca oferta -solo algunas barberías, por ejemplo-, cada uno se lleva una buena porción de clientes. Pero, al haber demasiada oferta, los clientes siguen siendo los mismos y a cada quien le tocan muy pocos y, muchas de las veces, la supervivencia de la mayoría se vuelve imposible.
Además, si al emprender, nos limitamos a simplemente copiar el modelo de negocio de lo que ya existe, sin aportar valor o un diferenciador que haga que la clientela opte por nuestra opción, tarde o temprano nos iremos a la quiebra, a veces no sin antes entrar en una fatigosa guerra de precios con nuestra competencia.
En alguna ocasión Raimon Samsó dijo que la mejor forma de hacerte millonario, es resolver un problema para millones de personas, que es una sabiduría que no deberíamos subestimar ni olvidar. Por ejemplo, después del primer año de la llegada de la pandemia, podemos ver cómo han crecido algunos sectores, mientras que otros se han debilitado o casi extinguido.
Si en verdad deseamos emprender, es indispensable que hagamos un buen análisis de la realidad: qué negocios existen, qué es realmente necesario, qué tiene posibilidades de sobrevivir y qué es lo que podríamos ofrecer para diferenciarnos de la competencia, incluso si deseamos ofrecer algo nuevo y, sobre todo, si ofreceremos algo que ya existe en el mercado. La vieja estrategia de entrar en una guerra de precios, en realidad nunca ha sido la mejor opción ya que siempre habrá quien venda más barato que nosotros.
Así que, antes de contagiarnos de la ceguera del emprendedor, debemos considerar:
- Cuáles son las barreras, tanto de entrada como de salida, del mercado. Hay que visualizar los mejores y peores escenarios siempre.
- Lo primero es asegurar nuestra cadena de abastecimiento. No se trata de buscar el mejor lugar primero, sino de saber qué vamos a vender y cómo vamos a garantizar que tendremos flujo constante de mercancía para vender.
A fin de cuentas, el problema no es copiar un modelo o aprovechar una moda. El problema es hacerlo sin análisis, sin innovación, sin agregar una propuesta de valor. En vez de simplemente enceguecernos y aprovechar la oleada, para después llorar en la orilla una vez que la tormenta se llevó nuestro navío, necesitamos análisis y propuesta que aumenten nuestras posibilidades de éxito.
Fuentes:
Altamirano, J. (2021). Ceguera del Emprendedor » Soy.Marketing revista de Marketing. Recuperado el 30 de marzo de 2021, de https://soy.marketing/ceguera-del-emprendedor/