La muerte de las ideas
Desde el ingreso de la comunicación 2.0 a nuestra vida, parece que los seres humanos hemos perdido la capacidad de asombro en un mundo afligido por problemas sociales que solo confunden a los consumidores de una de las profesiones más bellas: la publicidad. El proceso natural de la vida nos dice que uno nace, crece y eventualmente muere, y eso sucede de misma manera con aquello que nosotros conocemos como ideas, ese concepto tan básico que mantiene a la publicidad por encima de cualquier profesión, ese concepto que es la base de todo proceso creativo, que nos incita, nos mueve, nos acelera el corazón de 0 a 100 en un segundo.
Las ideas, asociadas a nuestra capacidad de razonar, de ser creativos, e inclusive como eje central del intelecto son las que en algún momento no vendían únicamente sino que impactaban en la vida del consumidor, los emocionaban, les hacían sentirse parte de algo, los transportaban a un mundo surrealista donde todo era posible y eso, hacía de la publicidad un verdadero arte, un arte selecto entre las masas y que no cualquiera era capaz de desarrollar; un arte que parece morir con la evolución del hombre en un mundo que no para de innovar solo en conceptos y no en verdaderos fundamentos.
Actualmente con el creciente mercado digital cada vez es más sencillo impactar con los consumidores pero tal parece que la tinta de las ideas se agota para dar lugar a una ejecución mecanizada dictada por computadores y teléfonos inteligentes, tendencias que mueren tan rápido como ven la luz porque parecen ser creadas de la misma manera, solo para cumplir objetivos efímeros, situación que debería preocuparnos a todos los profesionales que estamos en este mercado tan bello, y no porque sea imposible alcanzar nuevamente ideas brillantes que traspasen los niveles sociales sino porque el consumidor, ese que nos da de comer todos los días, parece cada vez más desinteresado por lo que nosotros realizamos; es aquí donde nace la verdadera pregunta, ¿Esto es culpa de la sociedad que está creciendo más rápido que nosotros ó será completa responsabilidad de las personas que se dedican a crear estas ideas?.
Para esto me permito tomar las palabras de uno de los más grandes publicistas según dictado por la misma historia: “Es esa chispa creativa la que intento conservar celosamente en nuestra agencia y que temo perder. No quiero académicos. No quiero científicos. No quiero gente que hace lo correcto. Quiero gente que hace cosas con inspiración”- Bill Bernbach.
Es por ello que debemos tomar la iniciativa de nuevamente crear ideas que no mueran, que apenas han nacido es necesario crear nuevas porque no han logrado los objetivos actuales, vender, vender y vender; debemos olvidarnos de los conceptos que no dejan de evolucionar y centrarnos nuevamente en lo más importante: el consumidor, que a pesar de crecer en un mundo expuesto constantemente por mensajes aún tiene y créanme, la capacidad de asombrarse, la necesidad de emocionarse y que así como nosotros siguen enamorados de las ideas que se vuelven inmortales.
Por: Fernanda Camarena – SBGDL
Disponible en: Roastbrief.com