Happy birthday Google!: Desde un garaje para el mundo.
El otro día iba caminando por la escuela directo a mi clase y recordé que me habían dejado leer sobre el teman que veríamos aquel día.
Y claro, ¡Se me había olvidado anotarlo en la agenda!
No tenía tiempo para ir a la biblioteca por un libro especializado en el tema, algunas anotaciones que había hecho días anteriores se habían quedado en el casillero, bien dormidas. ¿Qué hago?
Entonces, recurrí a mi teléfono celular y entro a la aplicación de Google Chrome y pongo en el buscador lo que necesito. Inmediatamente me da miles y miles resultados sobre el tema que necesitaba.
Desde artículos especializados, escritos vagos, tareas subidas a la red y más.
¡Tarea resuelta!
Y ahí fue donde pensé ¿Qué sería nuestra vida hoy sin el motor de búsqueda más famoso y recurrido del mundo?
Te das cuenta de lo que puede pasar cuando dos locos estudiantes de Standford University que no se agradan para nada, se conocen, tienen intereses comunes en cuestión computación, suman fuerzas y desafían al internet para hacer algo realmente enorme.
¿Quién diría que un proyecto sería extremadamente indispensable para todos los cibernautas?
En septiembre de 1998, Google abrió formalmente sus puertas. ¡En un garaje del Silicon Valley!
Crecieron de forma desenfrenada, y fue cuestión de tiempo para que ya se anexara un nuevo verbo al diccionario: Googlear o sea… ¡Buscar en internet!
Y utilizando datos, te dará información que requieras cerca de ti. Si buscas una pizzería, te dará las que están a tu alrededor, no las que se encuentran en New York. Se adapta a nuestras necesidades.
Sólo tomó tiempo para que la riqueza saturara a esta gran compañía. Miles y miles de millones de dólares. Page y Brin tuvieron que recurrir a Eric Schmidt, para que con el puesto de director ejecutivo, pusiera un poco de orden en el caos que causó el éxito.
Cuenta la leyenda que trabajar para Google es toda una experiencia. En su “cuartel general” las pelotas de goma gigantes, amarillas, verdes, azules, violetas y rojas, aparecen por todos lados. En los pasillos y oficinas, entre cafeterías, computadoras, mesas de billar, videojuegos y a un lugar donde puedes llevar a tu perro (nada de gatos) hace pensar que estas en un verdadero paraíso. ¡No parece una oficina! Es un lugar donde se va a divertir mientras trabajas.
¿Quién diría que esto se volvería algo tan enorme?
Eso me recuerda que hay que arriesgar para poder lograr lo que uno quiere, emprender algo que hará que este mundo cambie. Ese debe de ser uno de los principales objetivos. ¡Cambiar al mundo!
Si lo logró Google ¿Por qué nosotros no?
¡Larga vida a los emprendedores!
Cuando un sueño aparezca ¡agárralo!
Lawrence Edward “Larry” Page
Por: Mariam Arenas-SBGDL