Reloj milenario bajo una montaña
Imaginen caminar por imponentes montañas y escuchar los sonidos que estas solitarias y tranquilas cordilleras emanan. Ahora, imaginen que además de estos sonidos naturales escucharas melodías perfectamente bien diseñas y implementadas. Si les dijera que provienen de un reloj gigante ¿Me creerían?
Pues así es, existe un reloj gigantesco, de cientos de metros de altura, funcionando en las profundidades de una montaña ubicada al oeste de Texas. Este mecanismo fue construido para no parar durante ¡10,000 años! y para que cada determinado tiempo sus campanas toquen una linda melodía compuesta por Brian Eno, quien llamó al proyecto The Long Now Foundation para indicar el sentido expandido del tiempo que provoca el reloj, el “largo ahora de los siglos”.
Las campanas están programadas para no repetirse por 10,000 años, dándole un toque único a cada momento que un visitante la lastime o que el reloj se le ocurra sonar, pues como almacena energía de otras fuentes, ocasionalmente sonará cuando no haya nadie a su alrededor que lo escuche. Quién sabrá que tantas gloriosas melodías le hayan ofrecido a la flora y fauna que ahí habitan, combinándose con el eco de la montaña.
Este reloj es el primero de muchos relojes milenarios que serán construidos alrededor del orbe. Existen planes para construir un nuevo reloj en el este de Nevada, un sitio cubierto de famosos Brisltecone Pines, los organismos más longevos del planeta. Los diseñadores de tal mecanismo esperan que las campanas del reloj suenen el doble de tiempo que estos árboles que habitan en la región, se estiman que viven alrededor 5 mil años.
Se estima que son 10 mil años la edad de la civilización, así que un reloj que dure lo mismo y que comience a correr ahora, mediría el futuro de una civilización igual a su pasado. Eso asume que estamos a la mitad del extraño viaje en el que estamos.
El inventor de dicho mecanismo, un ingeniero en computación llamado Danny Hills, introdujo la idea del reloj desde 1995 bajo el siguiente contexto.
“No puedo imaginar el futuro, pero me interesa. Sé que soy parte de una historia que comienza mucho antes de lo que pueda recordar y continúa mucho más allá donde nadie me recordará. Siento que estoy vivo en un momento de cambios importantes, y siento la responsabilidad de asegurarme de que el cambio salga bien. Planto mis bellotas sabiendo que nunca viviré para cosechar los robles.
Quiero construir un reloj que suene una vez al año. La manecilla del siglo avanza una vez cada 100 años, y el cucú salga en el milenio. Quiero que el cucú salga cada milenio cada 10,000 años.”
Por: Ivette Alcaráz-SBGDL